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Virgen de los Remedios

La Virgen de los Remedios es una advocación mariana con gran devoción en múltiples regiones, como Badajoz, Alicante, Ocaña, Antequera o Salamanca entre otras. Su protección traspasa incluso el ancho mar, ya que también se la venera en México, donde es una figura central de la fe mariana. Su historia y devoción se remontan a siglos atrás, siendo un símbolo de fe y esperanza para los fieles. 

 

¿Dónde está la Virgen del Remedio? 

La imagen de Nuestra Señora del Remedio se encuentra repartida por multitud de templos ubicados por todo el mundo, desde las Islas Canarias, hasta Alicante, pasando por Ocaña (Toledo) o Salamanca. Pero la imagen más antigua es la que se haya en Frenagal de la Sierra (Badajoz), en la que se cuenta que fue descubierta la imagen y en la que se la venera y es patrona desde el siglo XII.  

Esta advocación fue la primera imagen venerada en Nueva España, ya que los conquistadores españoles la llevaban consigo en la conquista de Tenochtitlán (México) donde se la invocaría como “patrona de las lluvias y temporales, abogada de los indios, defensora de los españoles y conquistadora de México.  

 

Historia de la Virgen de los Remedios 

La historia de la Virgen del buen Remedio se remonta a siglos atrás, según la leyenda transmitida de generación en generación. Cuenta la tradición que un pastor, mientras cuidaba sus ovejas en las proximidades del Cerro del Rodeo, descubrió una pequeña muñeca en el fondo de un pozo. Intrigado, decidió llevársela a su hija en el pueblo, pero cada vez que intentaba sacarla de su zurrón, la muñeca misteriosamente regresaba al pozo. 

Desconcertado por este fenómeno, el pastor buscó la ayuda del cura del pueblo. Juntos, llegaron a la conclusión de que este evento debía ser obra de la Virgen. Decidieron entonces erigir una ermita en la cima del Cerro del Rodeo, cerca del lugar del hallazgo. Sin embargo, encontraron que cada día la construcción de la ermita era destruida, lo que interpretaron como desaprobación de la Virgen. 

Tras varios intentos infructuosos, finalmente encontraron un lugar donde la construcción avanzaba cada día el doble de lo que se deshacía, señal que interpretaron como aprobación divina. Así se estableció la ermita donde se venera a la imagen hasta el día de hoy. 

 

¿Qué se le pide a Nuestra Señora de los Remedios? 

Los devotos de Nuestra Señora de los Remedios acuden a ella con peticiones diversas, buscando su intercesión en momentos de necesidad y fe. Se le pide por la paz en el corazón y en el mundo, por la llegada de las lluvias que alimentan la tierra, y por su protección en los momentos difíciles de la vida. Esta Virgen es vista como un faro de esperanza y consuelo para aquellos que buscan alivio y fortaleza espiritual en sus vidas. 

 

Milagros de la Virgen de los Remedios 

La veneración a la Virgen del Remedios tiene sus raíces en un evento celestial que data del siglo XVI. Según la tradición católica, durante la conquista de México, el capitán Juan Rodríguez de Villafuerte encomendó a su ejército a la protección de la Virgen antes de una batalla crucial contra los indígenas.  

En el fragor del combate, se cuenta que apareció en el cielo una imagen de la Señora del Remedio, infundiendo ánimo a los soldados y asegurándoles la victoria. 

Desde entonces, la fe en esta imagen se ha extendido ampliamente no solo en México, donde es especialmente venerada en el santuario ubicado en la cima del Cerro del Tepeyac, sino también en otros países de habla hispana. 

 

Festividades para Nuestra Señora de los Remedios 

El 8 de septiembre se conmemora la festividad principal de la Virgen de los Remedios, coincidiendo con la festividad de la Natividad de la Virgen María. Es una fecha importante donde los fieles acuden en peregrinación a los santuarios dedicados a la Virgen para rendirle homenaje y participar en procesiones y actos litúrgicos. 

 

Oración a Nuestra señora de los Remedios 

Dulce Madre Nuestra de los Remedios, que desde esta imagen impulsaste la caridad en nuestra Nación cristiana aún mucho antes de que fuera independiente, cuidando de la salud tanto de las almas como de los cuerpos: nos volvemos a Ti nosotros, tus hijos que necesitamos de tu maternal auxilio. 

Sé para nosotros el remedio de nuestra vida espiritual, para que, imitando tu ejemplo sublime de amor a Dios y a nuestro prójimo, nos aseguraremos la dicha de estar contigo un día en la Gloria. 

Remedia, también, nuestra vida corporal, para que con plenitud de energías podamos dar testimonio de nuestra fe, y servirte a Ti y a Nuestro Señor Jesucristo con mayor fecundidad y eficacia. 

Nos consagramos a Ti, Reina y Señor nuestra, para encontrar en tus manos maternales el consuelo y el remedio de nuestras necesidades y aflicciones, enfermedades y fatigas, hasta que con su conducción segura descansemos finalmente contigo en la Patria Celestial. 

Amén. 

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